CONSUMISMO VERSIÓN American Life 24/7

Las prioridades del consumidor latinoamericano se concentran en aparentar lo que no es, esta ostentación cromática no es nueva para el ser humano, entre tanto color apresurado me pregunto ¿cuánto de tribal conserva nuestra conciencia de la indumentaria? cuanta venezolana coordinada a la perfección, boca, uñas, pulseras muchas, y el zarcillo, ese zarcillo que viene en todos los colores, apretadas casi embutidas bajo este solazo, en tantos buses, por cierto también multicolores, artefactos móviles intervenidos que dominan la calle, pintados con aerosol por los panas del barrio, bajo el mismo solazo inclemente, y ese calor que calma sólo una cerveza bien fría!!



Esa idea del paraíso dónde todos son felices, un poco salvajes y casi siempre imprudentes, a ratos inocentes pero siempre cargados de ese verbo romántico que promete aventuras. Para el exterior somos un comercial de destino exótico, somos Carmen Miranda, Sofía Vergara, Telemundo, somos una telenovela, somos Marías, muchas, las del barrio, las del mar, muñequitas de la mafia intervenidas también por los panas del barrio poderoso, negras en falda de plátanos, somos Diosas ordinarias montadas en moto, diarios amarillos entre realidades ignoradas por el más pila negociante, somos películas de secuestro y acción contraproducente, pero mirándonos, eso si, de manera grotesca o ultra romántica, nos miramos, nos criticamos al cansancio en tanto pasillo, en tanta peluquería, vanidades y café.

Yo solo entiendo que no sabemos lo que somos, por eso dejamos que nos dicten una identidad aleatoria. Somos resultado de a lo que somos expuestos, vincularnos con determinado color, tendencia, música, comunidad o red social forma parte integral de lo que somos como individuos, si es que queda tiempo para ser "individual", si tanta actualización de software te deja tiempo para ser un "ente".

Un ente es aquel que posee una identidad, se traduce como "el que es", por tanto es capaz de obrar con conciencia, entonces me pregunto, ¿cómo podemos SER sin antes SABER?

 ICONOGRAFÍA AFROAMERICANA / EL BAILE NEGRO.
"Del conjunto de "chorus-girls"... colocadas en línea, salía disparada, como lanzada por una honda,
una adolescente casi desnuda, sin más atuendo que un taparrabos sobre sus caderas... ¡Josefina Baker!..
su risa cegadora de mulata ensombrecía la luz de los reflectores. Su aparición produjo el flechazo.
París se prendó de aquella fuente viva, hirviente, de aquel cráter en erupción de ritmos sincopados.
Con su agitación furiosa, sus dislocaciones temerarias, andando a gatas y provocando
los paroxismos de un público en delirio..." Reseñaba entonces Sebastián Gasch, autor de
La historia del Music-Hall, aquel septiembre parisino de 1925.

Josephine sería la musa para el movimiento de artistas cubistas de los locos años 20, mientras se convertía en icono referente del llamado "renacimiento negro", basado en el jazz, dadaísmo, el arte africano y el cubismo. Un personaje fascinante que rompió barreras para toda la comunidad afrodescendiente, colaborando incluso en el movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos, americana luego nacionalizada francesa, trabajaría como espía para la resistencia francesa durante la segunda guerra mundial. La "Venus de Ébène". Mujer inteligente, Baker fue capaz de utilizar su imagen y
manipularla a su antojo, dando forma a su propio público y definiendo su futuro a su manera.